La extracción de los terceros molares puede ser una forma de prevenir futuros problemas, siempre y cuando se detecte a tiempo que la pieza dentaria en cuestión está en una mala posición y no va a ser posible su erupción de forma natural. “De ser necesario extraerlas, se recomienda que se haga lo antes posible (antes de los veinte años), cuando más joven es el paciente al momento de la extracción, menores son las complicaciones. También hay que considerar casos en que los terceros molares pueden ser de gran ayuda para la masticación y es bueno conservarlos, como cuando el paciente ha perdido con anterioridad algún molar, el tercer molar puede reemplazar en boca la función de la pieza perdida. Todo esto lo debe determinar un especialista, por eso es sumamente importante acudir a los controles periódicos con su Odontólogo”, dice el especialista.
PRECAUCIONES
Es importante saber que cuando la muela del juicio no erupciona con los años, en ocasiones pueden aparecer quistes y tumores. “Una simple radiografía a tiempo puede evitar severas complicaciones a futuro, ya que nos va a permitir conocer la posición y forma en que está creciendo la pieza para extraerla antes de sufrir dolor. Se debe controlar si existe dolor o presión en las encías o hueso mandibular, enrojecimiento o inflamación en la encía alrededor del diente afectado, a nivel del cuello o detrás del oído, dificultad para abrir la boca, dolores continuos de cabeza, oído o dental sin causa aparente y alguna sensación o sabor desagradable cuando mastica o muerde”, advierte el doctor.
CONSECUENCIAS
Puede haber problemas de tipo infeccioso cuando el molar se encuentra atrapado parcialmente y sólo se logra ver una pequeña parte de él, se forma una bolsa en la encía en la cual se retiene alimento. “La inflamación se puede extender hasta la mejilla y los ganglios del cuello, el paciente no puede abrir bien la boca, presenta dificultad al tragar, y un dolor muy fuerte. A esa infección se le conoce como Pericoronaritis y debe ser tratada con antibióticos específicos, limpieza, retiro del alimento atrapado y drenaje del absceso, todo esto antes de la extracción del tercer molar”, subraya el odontólogo.
En ocasiones, se producen tumores que pueden ser sumamente agresivos y puede alcanzar considerables dimensiones. “Se dice que cuando están ubicados en una mala posición, pueden provocar un apiñamiento dentario de las piezas presentes en la boca, al estar realizando su fuerza de erupción hacia adelante. La presión que ejercen sobre los segundos molares puede provocar dolores severos y un desorden en las fuerzas de la masticación ocasionando mal funcionamiento y dolor en la articulación de la mandíbula con la base del cráneo (articulación temporomandibular)”, concluye el docente de la UNAB.
Fuente: UAB