lunes, 1 de diciembre de 2014

ODONTOPEDIATRÍA - LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN PARA UNA FUTURA BOCA SANA

Cada época de la vida presenta unos riesgos de salud determinados para las personas. Un recién nacido no suele estar expuesto a las mismas enfermedades e infecciones que un adulto, por eso cada uno de ellos recibe un tratamiento determinado según sus características. Esto que ocurre en la salud en general también sucede con la odontología, ya que a pesar que los problemas bucodentales pueden aparecer en cualquier etapa de la vida, en cada edad existe unos riesgos específicos que se deben prevenir para mantener una buena salud bucodental. En este aspecto, los más pequeños también están expuestos a sufrir inconvenientes en su boca y si a eso le añadimos que la evolución de los dientes marcará la salud de su sonrisa el resto de la vida, entendemos la necesidad de actuar de forma temprana.


La odontopediatría: el especialista de la boca de los niños
 
Es por eso que hay una rama de la odontología que se ejerce en las clínicas dentales y que se centra en el cuidado infantil y que da un tratamiento integral adaptado a más jóvenes: la odontopediatría. Los odontopediatras se encargan de hacer un seguimiento de la dentición que va más allá de la resolución de problemas y se centran en la enseñanza de unos buenos hábitos orales para el niño que le acompañen cuando sea mayor.Además, la odontología infantil tiene un aspecto diferencial respecto el tratamiento a los adultos, el cuidado de los dientes de leche o temporales. Los tratamientos dirigidos a sanear la dentición temporal siempre tendrán como objetivo favorecer al desarrollo correcto de la dentición definitiva, por lo que las piezas de leche suelen tratarse de una forma menos conservadora. El control de la erupción de y crecimiento de los dientes por parte del odontopediatra permitirá aplicar los tratamientos necesarios de forma precoz.
 

¿A qué edad se debe realizar la primera visita?

 
Más allá de este aspecto diferencial de la odontología infantil que supone la erupción de los dientes, su otra característica fundamental es transmitir a los niños la importancia de la prevención en la salud oral mediante una buena higiene y visitas regulares a la clínica dental. El hecho que el paciente haya cuidado su salud oral desde bien pequeño y que el dentista haya podido observar su evolución, facilita el mantenimiento de una sonrisa más sana pero también más bonita. Y es que una sonrisa que ha sido controlada durante su desarrollo será mucho más fácil de corregir para mejorar su estética, que la de un paciente que no ha visitado nunca al dentista.Por todos estos motivos, los odontopediatras recomiendan realizar una primera visita con el dentista a los 3 años. De esta forma, el niño también se familiarizará con el entorno de la clínica dental y evitará algunos traumas típicos relacionados con el dentista en edades tempranas.

Fuente: vivirmejor.com